Tribunal de la Balsa

AUTORIDADES DEL TRIBUNAL

JOAN MARTÍNEZ ALIER (PRESIDENTE)

La explotación de la balsa es una nueva forma de expoliación para los molinos de viento en la China. Sin ninguna misericordia sin pedir permiso ni pedir perdón, la explotación ha aumentado dramáticamente.

Es un doble problema, porque tenemos el problema de la explotación de recursos como la balsa, el litio para generar las energías renovables, con impactos que son peores que lo que se quiere solucionar.

Desde el 2009 la ley determina que la China debe tener una economía circular, pero si usa petróleo, carbón, etc. no lo es; pero también biomasa tampoco es circular, porque en los países de dónde provienen las exportaciones producen varios impactos en el suelo, la naturaleza y las comunidades. Lo mismo sucede en la Unión Europea.

ALBERTO ACOSTA (FISCAL)

Hablo a nombre de los monos capuchinos de cara blanca, las ardillitas, los cusumbos, de los múltiples pajaritos que visitan las flores de balsa. Hablo también a nombre de mis nietos y mis nietas, y recuerdo que la Constitución en su artículo 71 dice:

Aunque es necesario hacer una transición energética, no se la puede hacer a costa de la destrucción de las condiciones de vida tanto de las comunidades como de las naturalezas se hace a nombre de las energías renovables.

Por eso el tribunal se llama Balsa para energías renovables, ¿a costa de qué?

Los vehículos eléctricos usan cada vez demanda más cobre. En los últimos 20 años, la humanidad ha usado más cobre y litio que en toda su historia

Se recurre a los mismos manthras del mercado. Mas tecnología para seguir haciendo más de los mismo. En el caso de la balsa, se trata de desarrollar energías alternativas y son muy promocionadas, pero no son realmente sustentables.

Los acuerdos internacionales llegan muy tarde, muy lento y de manera insuficiente, persistiendo la crisis climática.

Se trata de construir otra sociedad.

IVONNE YÁNEZ

El exponencial crecimiento urbano e industrial en China, demanda de una gran cantidad de materiales y energía. Cada año, China aumenta de su capacidad de energía eólica. A finales de 2019 la capacidad total de China para las energías renovables alcanzó casi 800 millones de kW (30% del total mundial); de éstos, 200 millones de kW son energía eólica. China colocará millones de aerogeneradores en su territorio. Cada aerogenerador requiere 450 m3 de balsa y su vida últil es de 15 a 20 años. Para que China se vuelva Carbono neutral se hará a costa de la balsa del Ecuador.

 

TAMARA ARTACKER

En el 2020 más del 50% de la madera exportada provino de bosques nativos, lo que normalmente es del 10 al 15%. El boom en la demanda por madera de balsa sobrepasó la capacidad de oferta de las plantaciones establecidas. Dado el aumento en los precios hubo crecimiento de plantaciones apoyadas por política pública que promueve este tipo de cultivos, por ejemplo, a través de especiales líneas de crédito. En el 2018, todos los productos provenientes de la balsa fueron responsables solamente del 21% del total de exportaciones forestales. Sin embargo, en el 2019 esa cifra subió al 43% y en el año 2020 al 66,6% de las exportaciones del sector.

En Ecuador habrían unas 20.000 hectáreas con plantaciones de balsa; de ellas, 12.000 estarían controlados por una sola empresa suiza, Plantabal, que trabaja toda la cadena productiva, desde los viveros, hasta la transformación de la madera, y las exportaciones. No es la única empresa extranjera activa en el negocio de la balsa en Ecuador, las dos más importantes son suizas. Podríamos aquí señalar entonces una cierta extranjerización de la tierra que va de la mano con la expansión del negocio de la balsa

FELIPE BONILLA

En el centro sur de la Amazonía, el balseo afectó a las comunidades Kichwa. Desde 2019, se siente un crecimiento en la extracción de balsa que impacta la Amazonía, son en su mayoría personas traficantes de balsa que provienen de la costa o del extranjero. Contratan personal de las comunidades para cortar los trozos de madera y llevarles desde los ríos a camiones que se movilizan a la costa y a Guayaquil.

Existen niveles de explotación laboral muy altos, no hay control por parte de las autoridades estatales sobre el respeto a los derechos existentes. La soberanía alimentaria está afectada porque la población ya no se dedica a la producción de alimentos sino se concentra en la compra de productos con dinero generado por la tala de balsa. Así, las chacras están descuidadas, se disminuye su calidad y la cantidad de productos. Se compra en vez de producir.

Mujeres y jóvenes están especialmente afectadas. Al dedicarse a la balsa, los jóvenes no van a estudiar y abandonan colegio. Existe también un incremento de violencia contra mujeres por el dinero rápido. La generación de peleas físicas entre comuneros sobre quién es el “dueño” de los árboles, y por ende, quién se queda con la ganancia es otro impacto. Además, hay chantaje en temas de pago, muchas veces los pagos son arbitrarios, hechos sin acuerdo con la comunidad. Tampoco hay una consulta previa en temas del manejo del ingreso de los balseros a la comunidad. A pesar de eso, muchas comunidades han aceptado la extracción de la balsa.

Otras nacionalidades o comunidades han resistido, como es la comunidad Kichwa de Piwiri o la nacionalidad Sápara, quienes decidieron no permitir la explotación.

JUSTINO PIAGUAJE

La balsa tiene la función regenerativa del bosque y sirve de alimento para los peces (porque los pájaros comen sus brotes y botan al río). Las áreas de uso familiar se ven afectadas, además no se sabe a quién exigir que se haga una consulta porque estos cultivos avanzan.

Para la Nación Seicopai la balsa tiene también usos tradicionales como fibra para la elaboración de alimentos. La balsa sirve para transmitir conocimientos de los padres a los hijos por ejemplo en la construcción de canoas. La balsa forma parte de la sucesión natural “De la balsa nace el primer hijo” con ella se inicia el proceso regenerativo de la chakra. Como está en la orilla de los ríos, el fruto y la semilla de la balsa, sirve de alimento para peces y aves.

Esto cambió cuando se empezó a sacar masivamente la balsa y se instalaron aserraderos, y se inicia el monocultivo, y con esto se pierde la función de la balsa como formador de suelo, porque no es apta para el monocultivo. Se dio un proceso de militarización, dándose un proceso de decomiso de los instrumentos de extracción de la balsa. Esto violenta el derecho que tenemos las nacionalidades a nuestra autodeterminación. La Constitución prohíbe el ingreso de militares a sus territorios.

MARTÍN CRIOLLO

En comunidad de Kofán de Dureno, casi 99% de las plantas son medicinales. La balsa es una planta con varias características curativas, se aplica por ej. cuando una mujer da luz, para que el bebé sale más rápido. Sus hojas se pueden aplicar para paliar la gastritis.

En territorio cofán ya no hay balsa, todo fue saqueado, lo que significó acabar con un planta medicinal importante en nuestra cultura.

El extractivismo de balsa llegó a territorios Kofán produjo disputas internas, pues en algunos casos no se respetó el estatuto interno de las comunidades que determinan la no explotación forestal en zonas comunales y de conservar la naturaleza.

XAVIER SOLIZ

En la provincia de Orellana, el monitoreo llevado a cabo por la Fundación Alejandro Labaka muestra que la tala ilegal de madera, tanto de maderas finas como de balsa no es una actividad nueva, y que afecta al territorio de los Pueblos en Aislamiento Voluntario Tagaeri y Taromenani, y que la situación es especialmente problemática en la quebrada del Lobo (frontera con Perú), donde se han encontrado campamentos madereros. En 2020 se pidió la comparecencia a varias autoridades sin que haya respuesta.

ALEXANDRA ALMEIDA

En la Reserva Faunística Cuyabeno (territorio del pueblo Siona) se experimentó en 2020 la tala indiscriminada de la balsa afectando a los ecosistemas. El balseo se hizo con permiso del Ministerio del Ambiente, porque el Ministerio otorgó permiso debido a la pandemia, dado que la gente dejó de recibir ingresos de turismo.

La mayoría de familias vendió la balsa que tenía en los rastrojos. En el año 2020 cuando se declaró la pandemia se cerró la Reserva para turistas y las familias Siona se quedaron sin ingresos. Fue cuando empezaron a sacar la balsa del bosque primario, en esta ocasión la vendían por camiones. Ellos recibieron autorización para sacar balsa “por cuestión de la pandemia”.

Hasta finales del 2020 prácticamente acabaron con la balsa del territorio que es de 135.000 Ha. Cuando sacaron la balsa del bosque se dieron graves impactos, porque tuvieron que deforestar los árboles de al lado, para sacar la balsa del bosque, lo que afectó la fauna. Ahora están sembrando balsa cerca de las chakras.

DOMÉNICA MENDOZA

En la Reserva de la Biosfera Chocó Andino entre 2019 y 2020 se sacó grandes cantidades de balsa, se instalaron aserraderos volantes, y cuando las poblaciones naturales de balsa desaparecieron, los balseros se movieron a otros lugares del Ecuador para continuar con el extractivismo maderero. Mientras duró el balseo en el Chocó Andino, la gente descuidó sus cultivos tradicionales, se dieron conflictos locales, pues la gente empezó a robar la madera de balsa en las fincas campesinas. La situación se agudiza por la presencia de minería en la zona, que abrió senderos que se convirtieron en las rutas de la balsa. El cambio del uso del suelo es fundamental para la industria extractiva, pues primero se tala la madera, luego las mineras dicen que no hay biodiversidad, y proceden al extractivismo minero. Todo esto ocurre sin el control del Estado.

NATHALIA BONILLA

El Norte de Esmeraldas es el hogar del territorio de los pueblos Afro, Awá y Chachi, donde los estándares de vida es uno de los más bajas del país. Ahí están proliferando nuevas plantaciones de balsa desplazando bosques naturales y cultivos alimenticios, a través de contratos poco transparentes en los que los campesinos plantan balsa, poniendo su trabajo, su tierra e insumos necesarios en las plantaciones forestales, y a cambio reciben pagos a los 3 o 4 años, cuando se coseche la balsa. Esto se suma a las múltiples problemáticas que se dan en esta zona (minería, monocultivos de palma), que han destruido vastas zonas de bosques originarios.

La empresa Ratsira, en la poca tierra cultivable que les queda les pide que entreguen las 400 hectáreas de bosque que les queda. La empresa dice que se dedica a la restauración ambiental por los daños causados por la minería. La presencia de la empresa ha causado disputas entre el GAD parroquial y la comunidad de San Javier de Barranquilla.

FERDINAND MUÑOZ

La tala masiva de balsa en ciertos lugares de Manabí produjo erosión del suelo y con las lluvias, grandes deslaves en zonas de ladera, produciéndose daños materiales como pérdida de hogares y de cultivos. Dados los altos precios de 2020, toda la zona montañosa de Manabí está sufriendo la transformación de sus

bosques en plantaciones de balsa. Los incendios son crecientes porque el ecosistema está deteriorado. Esto ocurre en una provincia donde el problema del agua es crítico pues sus ríos no dependen de los nevados andinos sino de las pocas manchas de bosques que quedan en pie. Aquí también se promueven contratos para la siembra de balsa en tierras comunitarias.

En la zona ingresaron empresas chinas que incentivaron a las familias de dejar de cultivar para la soberanía alimentaria y dedicarse a la balsa. Pero como no todas las familias están de acuerdo, se abrió una brecha y división social en las comunidades. Ese hecho contribuye a la desintegración social y una pérdida de sentido de colectividad.

Las autoridades municipales no reaccionen frente a ese problema, afirman que “plantar un árbol siempre es hacer algo bueno para la naturaleza”, aunque se trate de monocultivos.

MAURICIO REYES Y EDISON DOMINGUEZ

Pangua (Cotopaxi) es el cantón que más plantaciones de balsa tiene en la Sierra ecuatoriana donde las grandes empresas se han apropiado de las mejores tierras para el cultivo de balsa. Con el boom de la balsa muchos pequeños productores, empezaron a cultivar en tierras no aptas para este cultivo y bosques naturales, dándose un cambio en el uso del suelo, y tampoco cultivan en los terrenos con las buenas tierras, maíz o cacao, puesto que están con balsa, lo que genera conflicto en el uso de las tierras. Las exportaciones están controladas por la industria maderera. Con el tiempo, los precios cayeron debido a la gran sobreproducción del boom del 2020, afectando a los campesinos que abandonaron sus cultivos.

Para los monocultivos de balsa se requiere aplicar gran cantidad de agrotóxicos que dañan la calidad del suelo y estos están controlados por una empresa que es la que impone los precios. Toda la balsa que sale de Pangua se va a los aserraderos de Quevedo o Guayas y de ahí a la China, dejando a la población de nuestro cantón sólo los daños ambientales que producen las plantaciones.

Inicialmente la gente recibió buenos precios por la balsa. Ahora se está sembrando la balsa pero la paga menos. El problema central es que en las tierras taladas ahora se cría ganadería y se secan las fuentes hídricas de manera que la naturaleza no puede regenerarse. Cada finquero que sembraba alimentos propios ahora cultiva balsa, en su mayoría bajo uso de agro-químicos y fumigaciones.

Esta es una zona que sufre además problemas con la minera y las hidroeléctricas y varias familias han sido desplazadas.