LA ENERGÍA EÓLICA COMO UNA NUEVA FORMA DE COLONIALIDAD

Reseña hecha por Fundación ProDefensa de la Naturaleza y sus Derechos

Las narrativas dominantes sobre cómo enfrentar el cambio climático a menudo se presentan como propuestas neutrales preocupadas por el bienestar del planeta y sus habitantes.

A través de una publicación reciente, la investigadora Noura Alkhalili y colegas, analizan el caso de la instalación de h¿generadores de energía eólica en las regiones ocupadas del Sahara Occidental y los Altos del Golán Sirio, para ejemplificar cómo se utilizan conceptos como Modernización Ecológica y Desarrollo Sostenible en nombre de las transiciones energéticas, para prolongar las ocupaciones militares ilegales en dos territorios.

Al combinar datos de primera mano y secundarios de esos casos, las investigadoras también exponen la duradera colonialidad de tales conceptos, que han sido criticados no solo por su falta de neutralidad, sino también por su contribución a la negación de derechos humanos básicos como la autodeterminación, soberanía y el derecho a los recursos.

Ellas argumentan que los proyectos de energía renovable, en los dos escenarios estudiados, son una manifestación de una “modernización ecológica” que ignora aspectos de justicia y autodeterminación.

Aunque se promociona como una solución para mitigar el cambio climático, el desarrollo de la energía eólica en estos dos casos viola el derecho internacional y el principio de autodeterminación.

Los dos casos demuestran cómo los proyectos de energísd renovables se convierten en sitios de ‘extractivismo verde’; donde las políticas de mitigación del cambio climático se convierten en sitios de prácticas explotadoras de extracción de recursos, bajo la justificación de que son “no solo compatibles con el cambio climático, sino tan necesarias para su ‘mitigación’”.

Promocionados como soluciones frente a la crisis climática, los proyectos de energía eólica se vuelven ejemplares de un legado colonial de expropiación y causan impactos perjudiciales para las comunidades que luchan por lograr la autodeterminación.

Estos marcos y sus legados coloniales convierten los entornos naturales en una mera fuente de inversión y acumulación de capital buscada por gobiernos, corporaciones y agencias de desarrollo por igual. Ellas añaden que las energías renovables, “son sitios de conceptualización de las relaciones de poder” y son lugares geográficos donde se expande el colonialismo infraestructural.

Como geografías colonizadas, ambos casos muestran cómo las inversiones en energías renovables son una extensión más de una lógica de extractivismo colonial que produce infraestructuras que dañan las comunidades, la naturaleza, la soberanía política y cultural. De esta manera, la formulación de políticas de cambio climático global se convierte en parte integral de la normalización y despolitización de las acciones ilegales y las considera favorables y benignas.

Fuente:

Alkhalili N. et al (2023). The enduring coloniality of ecological modernization: Wind energy development in occupied Western Sahara and the occupied Syrian Golan Heights. Political Geography. Vol.103: 102871.

El artículo se peude leer en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0962629823000495