Boletín 20. Financiando la destrucción de la naturaleza

Naturaleza con Derechos

Los grandes proyectos que devastan los bosques y envenenan las aguas, no serían posibles si no contaran con el financiamiento de diversas instituciones financieras procedentes de Estados Unidos, Europa, Canadá. Y estas instituciones no harían estas inversiones, si éstas no arrojaran grandes ganancias económicas, a costa de la naturaleza y los pueblos.

En este boletín compartimos algunos ejemplos del financiamiento de bancos, fondos de pensiones y otras instituciones financieras en proyectos destructivos.

Introducción

En 2019, los 50 principales bancos del mundo asignaron 2,6 billones de dólares a actividades económicas que destruyen la naturaleza y la vida de los pueblos. Este es un monto que supera el Producto Interno Bruto de Canadá en ese mismo año[i].

El 32% de los préstamos bancarios se destina a la construcción de infraestructura, el 25% a la minería, el 20% a la extracción de combustibles fósiles y el 10% a la producción agrícola y ganadera intensiva.  A pesar de que la ganadería es el rubro que menos fondos recibe, es considerado un sector que provoca un gran impacto en la biodiversidad global.

Tres de los diez bancos que más contribuyen a la destrucción del planeta tienen su sede en Estados Unidos: Bank of America, Citigroup y JP Morgan Chase. Junto con Mizuho Financial, Mitsubishi Financial y Sumitomo Mitsui Banking Corporation, BNP Paribas, HSBC y Barclays, representan el 26% de todos los préstamos relacionados con el deterioro del medio ambiente[ii].

Este tipo de inversión, en lugar de regirse por la lógica de la oferta y la demanda, se ha desarrollado a través de la creación de una serie de instrumentos e instituciones financieras con el fin de obtener ganancias rápidas, que es expansionista, especulativa y destructiva[iii] en el contexto de la expansión del neoliberalismo a nivel global.

Destruyendo la Amazonía

Tanto instituciones financieras brasileñas como extranjeras invierten miles de millones de dólares en actividades asociadas a la destrucción de los ecosistemas brasileños.

Una encuesta de Forests and Finance (F&F)[iv], una coalición de ONG que investiga el financiamiento asociado con la destrucción de los principales bosques tropicales, muestra que entre 2016 y 2019, llegó a Brasil 560 mil millones de reales. Estos fondos fueron invertidos en los siguientes sectores destructores de los bosques: papel y celulosa (36,3%), soya (18,3%), madera (2,3%), y carne (42%).

Se aprecia el alto porcentaje dedicado a la industria de la carne, (incluyendo la cría y matanza y procesamiento de ganado en zonas de nativo), lo que equivale a un valor de 235 mil millones de reales. Esta industria promueve deforestación directa en la Amazonía, pues dos tercios de todo lo que se deforesta anualmente, se convierte en pasto

Los tres mataderos con mayor capacidad de sacrificio (JBS, Marfrig y Minerva), recibieron inversiones de 59,5 mil millones de reales entre 2016 y abril de 2020.

Usando los datos de F&F, Papini y sus colegas, en una publicación hecha en O ((eco))[v] reportan que, de los 235 mil millones de reales que recibió la industria cárnica, el 25% se invirtió en las empresas JBS, Marfrig y Minerva, que son respectivamente, la primera, la quinta y la décima responsables de la deforestación en la Amazonía.

JBS (la mayor productora de carne vacuna del mundo), absorbe casi la mitad de ese monto (25,5 mil millones de reales), de los cuales casi 11 mil millones de reales corresponden a la participación del BNDES, el banco público de desarrollo de Brasil. Este es el segundo mayor accionista de la empresa, con una participación del 21,3%, solo por detrás de la familia Batista, fundadora de la empresa.

Además de la inversión directa a través de la compra de acciones, la publicación de O ((eco)) encontró, que el BNDES inyecta indirectamente recursos a estas empresas a través de préstamos hechos con dinero público, pero operados por bancos comerciales.

De los105,3 millones de reales asignados a JBS, Marfrig y Minerva bajo esta modalidad, el 12% provino de líneas de crédito financiadas por el BNDES, pero son ejecutadas por otras dos instituciones financieras: Volkswagen Financial Services y Mercedes Finance. Estas dos empresas aparecen en la lista F&F, pero en realidad no están transfiriendo sus propios recursos.

El otro 88%, proviene de un solo contrato, un préstamo de 93,3 millones de reales del Bank of America a Marfrig, realizado en 2017.
Papini y sus colegas verificaron que la mayor parte del dinero llega a la industria de la carne a través de una operación financiera denominada “suscripción”, que ocurre cuando la empresa contrata a un banco para negociar una nueva inversión en el mercado de capitales. Ellos citan a Ward Warmerdam, un investigador de Profundo, la organización responsable de obtener datos para F&F:
“La mayoría de las empresas no pueden emitir valores en el mercado de capitales por sí mismas. Necesitan contratar los servicios de los bancos como suscriptores emisores. El banco compra todos los valores emitidos por la empresa, asegurando que la empresa reciba la financiación que necesita. Entonces el banco vende estos bonos a compradores que anteriormente se comprometieron a comprarlos”, explica Warmerdam.

A través de este tipo de financiamiento – temporal, rentable y de bajo riesgo – los bancos inyectaron 35,9 mil millones de reales en JBS, Marfrig y Minerva entre 2016 y 2020.

Los principales financiadores de mataderos que más operan en la Amazonía son: Santander, BTG Pactual, Barclays, Bradesco, Banco do Brasil, BlackRock, Algemeen Burgerlijk Pensioenfonds, Fidelity Investment, Vanguard, Itaú Unibanco, Mizuho Financial, Braseg Overseas Bank, Grantham Mayo Van Otterloo & Co. y Safra Group.

Inversiones de empresas financieras

El capital financiero está también relacionado con las grandes megafusiones de las empresas productoras de insumos para el agronegocio (semillas transgénicas, agrotóxicos, big data, etc.).

En 1917 las seis principales empresas, completaron las tres megafusiones más grandes en la historia de los insumos agrícolas. Ese año, BlackRock[vi], la mayor empresa financiera del mundo, tenían los siguientes porcentajes de acciones en estas empresas: Monsanto (5,76%), Bayer (10,09 %), Dow (6,11%), DuPont (6,61%), Syngenta (6,0 %), BASF (8,3). Otras empresas financieras como Capital Group, Fidelity, Vanguard Group, State Steet, Norges Bank tenían también acciones en estas empresas[vii].

BlackRock es también uno de los principales accionistas de empresas agrícolas, inmobiliarias, energéticas, mineras y de otro tipo en todo el mundo. Irónicamente, sus directivos forman parte de las juntas directivas de varias grandes organizaciones de conservación.  

Esta empresa administra 2,2 mil millones reales en acciones de dos grandes mataderos brasileños que operan en la Amazonía, cuyas operaciones de compra y procesamiento de ganado cubren 6,9 millones de hectáreas que incluye alta deforestación[viii]. Es también la tercera accionista de Suzano, empresa brasileña que es la mayor productora de pulpa y papel del mundo. Suzano ha sido acusada de destrucción masiva de bosques, violencia psicológica y física hacia comunidades indígenas, quilombolas y otras comunidades rurales y de acaparamiento de tierras[ix].

BlackRock se encuentra entre los tres principales accionistas de 25 de las mayores empresas de capital abierto que implican un “riesgo de deforestación”, es decir, empresas activas en la producción y comercio de soja, carne, aceite de palma, pulpa de celulosa y papel, caucho y madera.
Los activos de BlackRock en estos sectores aumentaron más de 500 millones de dólares desde el año 2014, según un informe hecho por Amigos de la Tierra Estados Unidos, Profundo y Amazon Watch. Sus inversiones en pulpa y papel aumentaron de 103 millones de dólares en 2014 a 565 millones de dólares en 2018, un aumento general del 548%. [x]

Otra fuente de financiamiento son los fondos de pensiones

La enorme cantidad de dinero que gestionan estos fondos los convierte en los actores con más peso del sistema financiero global. En varios casos, los fondos de pensiones han creado o invertido en fondos que adquieren tierras agrícolas y otros “activos”.

De acuerdo a una investigación hecha por FIAN Internacional[xi], si bien los bancos juegan un papel muy importante en el capitalismo global, en la última época la intermediación financiera ha pasado de los bancos, a los mercados financieros, y se caracterizan por la desregulación de las finanzas y la reducción de los controles sobre los movimientos internacionales de capital.
Muchos de estos mercados están involucrados en financiar actividades que destruyen la naturaleza y los pueblos. Este es el caso de los fondos de pensiones. Muchos proyectos que incluyen acaparamiento de tierras y la destrucción ecológica están relacionados con inversiones procedentes de fondos de pensiones de Estados Unidos, Canadá y Europa.

El mayor fondo de pensiones de los Estados Unidos es el TIAA. Desde 2012 ha creado dos fondos de tierras agrícolas[xii] por un total de cinco mil millones de dólares. A través de estos fondos, TIAA ha adquirido y gestiona casi 200 mil hectáreas de tierra en Brasil, la mitad de las cuales están situadas en Piauí y sus estados vecinos[xiii]

Un estudio hecho para la Fundación Boell en Chile[xiv] muestra que, en junio de 2020, los fondos de pensiones (AFP) habían invertido más de 15.777 millones de dólares en empresas nacionales, mediante Acciones de Sociedades Anónimas Abiertas y Bonos de Empresas Privadas y Públicas en Chile.

La mayor parte de la inversión están orientadas a actividades extractivistas de alto impacto, incluyendo los sectores: eléctrico (5.033 millones de dólares), forestal (2.162 millones de dólares), hidrocarburos (1.827 millones de dólares), minería (1.659 de dólares), y monocultivos (325 millones de dólares). En conjunto, las actividades extractivistas abarcan un 75,5% de las inversiones de las AFP en empresas que operan en Chile[xv].

El estudio concluye que la magnitud de las inversiones de las Administradoras de Fondos de Pensiones en empresas e industria extractiva es bastante alta, y que el impacto en los territorios donde se instalan estas empresas es multidimensional lo que la gran mayoría de las veces trae consigo conflictos con las comunidades y las personas que habitan las zonas de sacrificio, por lo que han generado gran conflictividad en las comunidades y territorios en la última década.
Al igual que las inversiones de los fondos de pensiones en Chile, los diferentes instrumentos y mercados financieros que han surgido como resultado del neoliberalismo, están en la posición de decidir qué va a pasar con la naturaleza, la vida de las comunidades, el destino de las naciones; todo a nombre del incremento de sus ganancias.

Notas al pie

[i] Así lo demuestra el informe Bankrolling Extinction, elaborado por Alejandro Tena, publicado por Público, 30-10-2020.

[ii] Instituto Humanitas Unisinos (2020). Em 2019, principais bancos do mundo destinaram 2,6 trilhões de dólares para atividades que destroem o planeta.

[iii] FIAN Internacional, TNI, Focus in the Global South. (2020). Capitalismo Clandestino y la financiarización de los territorios y la naturaleza.

[iv] Forests and Finance. https://forestsandfinance.org/

[v] Pedro Papini, Fernanda Wenzel e Naira Hofmeister (2020). Bancos injetaram R$ 235 bilhões em frigoríficos desmatadores desde o Acordo de Paris. O ((eco)). https://www.oeco.org.br/reportagens/bancos-injetaram-r-235-bilhoes-em-frigorificos-desmatadores-desde-o-acordo-de-paris/

[vi] BlackRock es una corporación global estadounidense de gestión de inversiones con sede en Nueva York, con 5,31 billones de dólares en activos bajo gestión en 2018. Opera a nivel mundial con 70 oficinas en 30 países y tiene clientes en 100 países. La empresa aumentó considerablemente su poder durante la crisis financiera de 2008, cuando el gobierno de los Estados Unidos le encargó la evaluación de la salud de varios grandes bancos y seguros y la gestión de su rescate. Citado en FIAN et al (2020).

[vii] FIAN et al (2020), obra citada.

[viii] Revista Ihu on-line. (2020). Com R$ 2,2 bi, BlackRock tem bala de prata para frigoríficos que desmatam Amazônia. http://www.ihu.unisinos.br/78-noticias/602408-com-r-2-2-bi-blackrock-tem-bala-de-prata-para-frigorificos-que-desmatam-amazonia

[ix] FoE, Amazon Watch, Profundo (2019). BlackRock´s Big Deforestation Problem.

[x] FoE, et al. Obra citada.

[xi] FIAN Internacional, et al (2020). Obra citada.

[xii] Denominados TIAA-CREF Global Agriculture LLC I y II (TCGA I+II)

[xiii] Un estudio hecho por GRAIN (2020), muestra que la zona llamada Matopiba en el Cerrado brasileño, conformada por los estados de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía con es la nueva frontera de expansión del agronegocio en Brasil.

[xiv] Recaredo Galveza et al (2020). Inversión de las AFP en las empresas extractivistas y de alto impacto ambiental.

[xv] El estudio hace además un análisis de las terribles condiciones laborales que enfrentan los trabajadores de las empresas que reciben estos financiamientos, y los impactos diferenciados de las mujeres.

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