La geoingeniería y la conquista de la corteza terrestre

La geoingeniería es la manipulación intencional, a gran escala, de los sistemas de la Tierra mediante la alteración artificial de los océanos, los suelos, subsuelos y la atmósfera(ETC Group, 2010). El objetivo fundamental es que el aparato industrial siga funcionando, y poder acceder y quemar combustibles fósiles como se iniciara hace más de 150 años. En lugar de plantearse soluciones drásticas de reducción del uso y quema de petróleo, gas o carbón, se pretende, a través de la geoingeniería, modificar el clima, alterar la radiación solar o aprovecharse de la corteza terrestre.

De manera general a las técnicas de geoingeniería se las podría dividir en el grupo de las que se centran en tratar de manipular el tiempo climático y la radiación solar que incluyen, entre otras, el disparo de yoduro de plata a las nubes para producir lluvia, el lanzamiento de partículas de sulfatos a la estratosfera para reflejar los rayos solares, la ingeniería genética de cultivos para que su follaje refleje mejor la luz del sol; y aquellas técnicas como son la “Captura y Secuestro de Carbono” (CCS por sus siglas en inglés) o el vertimiento de partículas de hierro en los océanos para sobre-estimular la absorción de CO2.

La captura y secuestro de carbono es un proceso tecnológico que atrapa el dióxido de carbono emitido de las fuentes industriales, particularmente las plantas térmicas de carbón, al comprimir el gas en líquido y después bombearlo a través de tuberías hacia una ubicación bajo tierra, donde teóricamente puede quedar almacenado de manera segura y permanente. (ETC Group, 2010).

Entre las propuestas de usar las capas geológicas como basurero de carbono, se incluye una propuesta de la empresa islandesa Reykjavik Energy, quien administra en Islandia una central eléctrica geotérmica. La enorme planta funciona con el vapor supercaliente que extrae del subsuelo mediante 30 pozos, vapor que viene cargado de dióxido de carbono y ácido sulfhídrico. Mediante el proyecto CarbFix se disocian los dos gases, para enviar el dióxido de carbono hasta un pozo de tres kilómetros donde se combina con agua carbonatada, enviada desde otro sitio.

El plan supone que el agua disolverá por completo el dióxido de carbono, que será convertido en ácido carbónico y que, con el tiempo, al combinarse el calcio con el basalto, se convertirá en una sólida piedra caliza que evitaría la fuga del gas contaminante hacia la atmósfera.

El agua carbonatada se inyectará al pozo, donde la presión del bombeo disolvería por completo las burbujas de CO2, a 500 metros de profundidad, y se convertiría en ácido carbónico. “Este ácido es muy corrosivo y comenzará a atacar las rocas (basálticas)”, explicó el geólogo Sigurdur Reynir Gislason, de la Universidad de Islandia, y científico jefe del experimento CarbFix.

Lo que hacen quienes idearon CarbFix es acelerar de una manera radical un proceso natural llamado meteorización, en el que el ácido carbónico en cantidades muy diluidas en el agua de lluvia transforma los minerales en las rocas durante el tiempo pero en plazos geológicos. La empresa intenta patentar su tecnología.

El grupo ETC en su informe sobre geoingeniería señala que en Estados Unidos, ya hay compañías que han inyectado más de 3.300 millones de metros cúbicos de CO2en pozos petroleros, y en Noruega se usa parte del dióxido de carbono, en procesos de extracción secundaria de gas natural en el Mar del Norte. El resto se bombea al océano profundo. ETC añade que

Capturar CO2—antes o después de que se haya emitido a la atmósfera— conlleva riesgos. En un estudio reciente publicado en Nature Geoscienceque examinó cinco escenarios diferentes de CCS, el geofísico Gary Shaffer concluyó: La mayoría de los escenarios investigados produjeron un calentamiento grande, aunque lento, de la atmósfera, pero también escasez de oxígeno, acidificación y concentraciones elevadas de CO2 en el océano. Específicamente, el almacenamiento de carbono en el océano lleva a la acidificación extrema y a concentraciones de CO2 en las profundidades, junto con un retorno de las condiciones adversas en condiciones normales descontaminación sin que hubiera captura de ningún tipo durante varios miles de años. El almacenamiento geológico pudiera ser más efectivo en demorar el regreso de las condiciones normales de contaminación, especialmente si se utilizan sedimentos fuera del mar. Sin embargo, con el escape de 1% o menos cada milanos de un reservorio, o si hubiera que hacer una recaptura continua en el futuro, se requerirían condiciones cercanas a las que se dan con una baja en las emisiones sin captura alguna.

Se habla ahora de vender bonos para ocupar espacios geológicos que sean adecuados para el “secuestro del carbono”, tal como ahora se venden bonos de carbono.

En resumen, la geoingeniería altera la estructura de la geósfera, generando potenciales impactos en sus funciones. Su aplicación podría conducir a su privatización.

Fuente: ETG Group (2010). Geopiratería. El caso en contra de la geoingeniería. Disponible en: http://www.etcgroup.org/es/content/geopirater%C3%ADa-argumentos-contra-la-

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