Heridas en la Selva Ecuatoriana

Esperanza Martínez – Oficina Naturaleza con Derechos La selva amazónica ecuatoriana en los últimos setenta años ha sufrido fuertes cambios marcados, sobre todo, por la extracción petrolera. Imponer el modelo petrolero supuso la guerra con el Perú, la entrega de territorios al capital transnacional, y una ocupación territorial de nuevas poblaciones atraídas a la zona por ofertas de trabajo. En contraparte, desaparecieron dos pueblos indígenas y los restantes fueron desplazados, diezmados, acorralados. El juicio que colocaron los afectados en contra de empresa Chevron Texaco ha permitido inventariar los impactos ambientales ocurridos: 2 millones de hectáreas deforestadas, 650 mil barriles de petróleo derramados, millones de litros de agua de formación tóxicas y metales pesados inyectadas en las fuentes de agua del lugar. (http://texacotoxico.org/).   El resultado para la población es una incidencia de cáncer 30% más alta que la media nacional y un estado de salud, en general peor que la mayoría de lugares del país, además de una población empobrecida. Son efectos directos de la actividad petrolera la deforestación, la contaminación, la militarización, problemas sociales como el alcoholismo, prostitución, violencia y nuevas enfermedades que se hacen endémicas en una población debilitada por la destrucción de sus economías.   Además de las comunidades de indígenas y colonos, la naturaleza misma sufrió desgarradores impactos. Durante la prospección sísmica se hacía temblar la tierra sistemáticamente. La perforación supone taladrar la roca madre, a miles de metros de profundidad. Durante la extracción se contaminaron los ríos y los acuíferos. Con la reinyección de desechos, se contaminaron los acuíferos.  Incluso se contaminaron las nubes y la atmósfera con la quema continua del gas. Diversos autores acuerdan en que concentraciones de hidrocarburos superiores al 10%,  pueden inhibir el proceso de biodegradación de los contaminates (1). El modelo de extracción petrolera alteró diversos ciclos naturales de la selva, de los ríos y de todo el ecosistema. La extracción del crudo del subsuelo provoca efectos en el mundo subterráneo, como dicen los U´wa, indígenas de la Sierra Nevada del Cocuy – Colombia Todo ser vivo tiene sangre: todo árbol, todo vegetal, todo animal, la tierra también, y esta sangre de la tierra (ruiria, el petróleo) es la que nos da fuerza a todos, a plantas, animales y seres humanos (2). El caso Chevron Texaco representa el primer intento de evitar la impunidad de una transnacional que, con sus operaciones, afectó no sólo a las comunidades locales y a su ambiente, sino también a la naturaleza. El juicio cumplió 21 años. Desde distintas partes del mundo se escuchar voces de protesta: “Pedimos que se ponga fin a un juego, donde las víctimas son ignoradas y donde solo el interés económico de los más poderosos cuenta. Requerimos que los responsables de estas destrucciones reconozcan honestamente su responsabilidad y tomen las medidas necesarias” (3). NOTAS:
  1. Leandro Pellini. Biorremediación estimulada por efluentes cloacales tratados de suelos contaminados con hidrocarburos. Universidad Nacional del Comahue. 2006
  2. Carta de los U´wa al mundo.
  3. http://texacotoxico.org/
Más información sobre el caso se puede encontrar en: https://www.youtube.com/watch?v=5ajxmnZBpss